By J. Noel Espinoza/RioGradeInfo

COMENTARIO

Vamos al grano, la administración del presidente Trump continúa una agenda racista que trata sutilmente esconderla con  evasivas  e insinuaciones.

BBC y Frontline tienen unos buenos documentarios narrando la historia de los ancestros alemanes de Trump y la creencia de ser superiores debido a sus ADN. Trump también ha enfrentado demandas del gobierno federal por negarle en sus propiedades oportunidades iguales de viviendas a los afroamericanos y a los hispanos.

Pero, no tenemos que ir muy lejos para ver como Trump continua tratando a las minorías con arrogancia, aun aquellas familias que ponen a sus hijos e hijas en cumplimiento de su deber cuando se integran a las fuerzas armadas.

En vez de pedir disculpas o rectificar una mala interpretación, Trump agredió con crueldad la familia afroamericana del Sargento La David Johnson, uno de cuatro soldados muertos  en Níger. El presidente Trump también ha tomado una hostilidad infantil en contra de los jugadores de futbol americano que se arrodillan como forma de protesta por el maltrato policial en contra de los afroamericanos, una postura que alenta a su base derechista, neo-Nazi, y nacionalista.

La última gota la derramo el jefe de gabinete John Kelly, quien dijo el lunes, en una entrevista que como  la guerra civil fue causada por una falta de habilidad para un mutuo acuerdo (compromiso).

Kelly, quien también mintió sobre lo que dijo la congresista de la Florida, Frederica Wilson, una mujer negra y una de dos personas que escucharon una llamada entre el presidente y la viuda del soldado Johnson, afirmo que Wilson fanfarroneó como consiguió dinero federal para la financiación de un nuevo edificio para el FBI en Miramar en el 2005.

Wilson alega que Trump le dijo a la viuda del soldado que su esposo “sabia para lo que había firmado.”

El deseo de Kelly de haber alcanzado un mutuo acuerdo con los esclavistas, en realidad nos dice todo sobre lo que necesitamos saber de la agenda moral de Kelly.

Es la misma moral racista de Trump cuando dice, “Creo que hay culpa en los dos lados,” cuando se refiere a la violencia de Charlottesville donde neo-Nazis y nacionalistas se enfrentaron contra manifestantes de esa ideología reaccionaria.