Por J. Noel Espinoza/riograndeinfo

Comentario

Con menos de dos semanas para elegir el próximo presidente de Los Estados Unidos y casi cuatro años de discordia y desinformación incontrolada por el actual inquilino de la casa blanca, no hay mejor opción en estos momentos que elegir al antiguo Vice-Presidente Joe Biden.

A pesar de haber perdido el voto popular, la campaña de no ser político y su consigna de “Hacer América Grande de Nuevo” catapulto al presidente Donald J. Trump para dirigir la nación hace cuatro años. Sin embargo, el país hoy está peor y tan polarizado que la noción de desintegrarse no es una fantasía fuera de la realidad.

No es solamente en las políticas de inmigración, racismo, y justicia social donde el presidente la ha regado desde el principio de su administración, pero también con la simple noción de enfrentar la pandemia como el Covid-19 que ha tomado perdidas (más de 222,000 muertes hasta ahora) y daños después de ignorar el consejo de la comunidad científica o seguir el modelo de otros países para manejar la propagación de la enfermedad. Entre los países industrializados, el gobierno de los Estados Unidos ha fracasado en el manejo de la pandemia y el principal responsable es el señor Trump.

En vez de dirigir dando el ejemplo y aceptando la voz de los expertos, el liderazgo del señor Trump ha sido de culpar a otros, negar lo obvio, y exagerar sus esfuerzos.  

A pesar de que la prioridad del público en general es de contener la pandemia, el presidente en vez se burla de las personas por usar mascarillas, una acción que ha ayudado a otros países a mantener el Coronavirus bajo control.

Descuidadamente, el señor Trump expone a sus seguidores en grandes reuniones políticas lo cual pone en riesgo la salud de todos.

Con la pandemia todavía haciendo estragos, millones de personas han perdido sus trabajos y consecuentemente sus seguros de salud si lo tenían desde un principio. Desde que empezó a gobernar el señor Trump prometió una mejor asistencia médica, aun mejor que Obamacare, pero hasta ahora nadie sabe dónde está ese plan mientras continúa prometiendo después de casi cuatro años.         

La base del presidente, la cual está compuesta por ultraderechistas y fanáticos religiosos que antes estaban en las márgenes de la sociedad, ahora expresa su intolerancia a simple vista para que todos vean sin importarles ya que frecuentemente  creen que las autoridades locales y el presidente mismo apoyan sus idioteces.   

Recordemos que el señor Trump pudo ganar a través de un elemento dudoso conocido como el “colegio electoral,” el cual ninguna otra nación llamada democrática usa, pero la cual es un vestigio de la historia de racismo que todavía se mira extendidamente por toda la nación. Cualquier persona con una visión clara y un entendimiento básico de compasión escogería al señor Biden, un político que no es perfecto pero quien tiene un sentido de simpatía para los menos afortunados en vez de la farsa exhibida usualmente por el señor Trump con las masas menos privilegiadas.