Por J. Noel Espinoza/RioGrandeInfo

A Donald Trump le encanta afirmar que lloriqueando lo hace un ganador, pero ahora parece que su propia medicina en los negocios será su propia destrucción en su campaña por la presidencia de los Estados Unidos, o como diríamos con el viejo refrán, “Le salió el tiro por la culata.”

En el tercero y final debate este miércoles, el magnate de los negocios y antiguo artista de televisión rehusó decir si aceptaría los resultados de las elecciones del 8 de noviembre, en caso que perdiera por supuesto, lo cual hasta el momento indica que esta por pasar.

Donald Trump en el podio con cara de lloron

Al día siguiente, el señor Trump declaro que aceptaría los resultados, “si yo gano.”
Es obvio que cuando las cosas no le salen como él quiere, el señor Trump lloriquea que el sistema esta amañado o reclama alguna clase de fraude perpetuado contra él.

“Te mantendré en suspenso,” dijo Trump momentos después de ser preguntado si aceptaría su derrota si pierde las elecciones.

“Tú eres la marioneta,” Trump refuto a Clinton después de decirle que es lo que el seria para el presidente ruso Vladimir Putin.

“Asquerosa mujer,” Trump replico casi al final del debate.

El señor Trump no suena del todo presidencial, pero sí parece como un niño bravucón de un jardín de infantes o alguien nacido, como la antigua gobernadora de Texas Ann Richards decía, con una cuchara de plata en su boca.

Es asombroso que mientras muchos empresarios tratarían de ser honestos y directos para tener éxito, el señor Trump ha hecho su fortuna quejándose, lloriqueando, demandando a sus detractores y al gobierno para conseguir sus deseos.

En vez de contestar de la manera la mayoría de los políticos lo harían, el señor Trump ha hecho su lloriqueo la dosis de su propia derrota.

Ahora que mira que Clinton probablemente será la ganadora, su lloriqueo ya no tiene reparación.